2/29/2008


La noche de los ciberzombis mercenarios

Creo que cualquier persona con interés en Internet debería leer el relato completo de las aventuras de Ricardo Galli siguiendo todos los links. Estamos ante la mejor novela policíaca de todos los tiempos, con el añadido de que todo es verdad. No es que la realidad supere a la ficción; es que en este caso la realidad descalifica a cualquier escritor, porque nadie podría haber imaginado nada que le llegue a la suela del zapato a la odisea de Ricardo.

Vista como obra de arte, se trata de un performance aterradora con el clásico argumento de la persona normal que se ve envuelta en un lío en el que cuantos más hilos estira, más se enreda el ovillo. La aventura (o desventura) está narrada en el lenguaje convulso y roto de Internet. Muchos personajes no se sabe ni quiénes son y muchas escenas acontecen en el ciberespacio forero, con su mezcla de abstracción y realidad más brutal. Ciertamente nadie podrá volver a vivirlo de la forma en que lo ha vivido Ricardo Galli, pero lo ha narrado sobre la marcha dejando un testimonio inapreciable de lo que es la vida en la Red a principios del siglo XXI...

Al empezar el relato el lector sólo ve el caos más absoluto. Luego, algunas de las volutas de información empiezan a arremolinarse formando siluetas evanescentes. Mientras tanto los ataques brutales y de potencia cósmica contra los sitios se suceden. En cualquier momento miles de zombis pueden vomitar trillones de bits contra cualquiera. Es como una especie de Alcaudón cibernético que aparece de pronto y arrasa con todo.

La historia avanza un poco al azar. Aparecen personajes, cartas desde IPs misteriosas, confesiones equívocas de supuestos testigos que parece que sepan cuando dicen que no saben y al revés. Poco a poco el humo se hace tan espeso que forma siluetas y al final algunas toman cuerpo al acercarse el desenlace.

Hay un contraste espeluznante entre la magnitud del efecto y la banalidad de la causa; por ello el relato discurre desde las horrísonas tormentas de paquetes hasta su origen en el mundo real y cotidiano de un barrio de clase media a orillas del Río de la Plata. El miedo del protagonista pasa de un miedo cuasi sobrenatural a los súbitos diluvios de paquetes al miedo concreto y físico a la agresión callejera.

Spoiler del argumento: Al final llegan los picoletos y trincan a los malos. Internet se convierte un sitio un poco mejor (aunqe sea infinitesimalmente) y el protagonista es felicitado.

Pero aún queda una coda de novela negra postmoderna. Algunos hilos quedan sueltos y algunas siluetas de humo se desvanecen sin revelar su dueño. Los foros bullen de rumores. Los miles de PCs zombis quedan otra vez abandonados a los chats banales de sus dueños mientras esperan a un nuevo Saruman adolescente que los ponga al servicio del mal.

Fuente:
http://www.kriptopolis.org/ciberzombis-mercenarios

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